domingo 28, abril 2024

Exportadoras de oro a Suiza financiaron a clanes de minería ilegal en Madre de Dios

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Según cifras oficiales del 2011, las empresas Universal Metal Trading, AS Perú & CIA, E & M Company y Minera Tambopata –con agencias en Huepetuhe, Mazuco y Tambopata– enviaron a Suiza unas 25 toneladas de oro de origen presuntamente ilícito.

El corazón financiero y aurífero de Puerto Maldonado se ubica en la esquina de los jirones Ernesto Velarde e Ica. Allí, en estas dos cuadras y en zonas aledañas, encontramos algunas de las principales exportadoras de oro del país, así como acopiadoras y casas de transferencia de dinero que han crecido económicamente gracias al preciado metal. Hoy cuatro empresas que envían cada año toneladas de oro a Suiza y dos de las mayores proveedoras de la zona están en la mira de autoridades del Estado que luchan contra el lavado de dinero por sus negocios con los grupos de la minería ilegal en Madre de Dios.

El Comercio –que siguió la pista del dinero que dejan estas actividades en Tambopata, Mazuco y Huepetuhe– accedió a expedientes judiciales, informes de la Sunat y reportes de inteligencia financiera que retratan la historia secreta de los negocios auríferos en Madre de Dios desde 1997.

Aquel año, el clan cusqueño integrado por Cecilio Baca Fernández, su pareja Gregoria Casas y sus hijos (que dominan Huepetuhe gracias a cientos de hectáreas que poseen en concesión) se convirtió en importante proveedor de oro del ingeniero Jorge Marino Zavaleta Vargas, natural de La Libertad y con experiencia en el negocio de joyería.

Con el paso de los años, la relación se consolidó y el clan Baca –hoy investigado por minería ilegal y por lavar dinero a través del emporio que forjó en Madre de Dios y Cusco– favoreció a International Metal Trading (IMT), la empresa de Zavaleta. En esas operaciones, según la Sunat, también participaron los hermanos cusqueños Moisés y Arturo Ortiz Ortiz, y el apurimeño Leonardo Callalli Warthon, considerados en la actualidad los mayores acopiadores de metal en la zona. Sin embargo, la prosperidad acabó a fines de 1999, cuando la Sunat investigó y denunció la cadena de compra y venta de oro que finalmente acababa en poder del desaparecido Banco Wiesse y de las empresas Engelhard y Afimetal.

Denunciados por defraudación
La denuncia alcanzó a IMT, a sus proveedores, a los hermanos Ortiz, a Callalli Warthon, al clan Baca Casas y a otros mineros por comercializar y refinar oro negro (de procedencia desconocida), por comprar sin facturas y organizarse para generar crédito fiscal inexistente en perjuicio del Estado. Pese a ello, Zavaleta prosiguió en el negocio, pero esta vez junto con su hermano Luis Zavaleta. En 1999, este último –por entonces asesor del Ministerio de Energía y Minas (Minem)– creó a la “sucesora” de IMT y la bautizó con un nombre parecido: Universal Metal Trading (UMT).

La compañía inició sus operaciones con Jorge Zavaleta como gerente e intentó olvidar el juicio por defraudación tributaria, que hasta hoy prosigue. No le fue mal. Abrió agencias en Tambopata y Huepetuhe, comenzó a recibir toneladas de oro de sus acopiadoras y, en pocos años, se convirtió en la mayor exportadora de metal. En el 2011 enviaron a Suiza, vía la aerolínea KLM, más de 19 toneladas de oro valorizadas en unos US$900 millones, según cifras oficiales. Gran parte de lo acopiado –en la mira de las entidades del Estado que luchan contra el lavado de dinero por el presunto origen ilícito del producto–fue entregada a la transnacional MKS Finance de Ginebra, dedicada a la producción de lingotes a gran escala.

Todo cambió en febrero último, cuando el Estado dictó los decretos que penalizan la minería ilegal y el lavado de ese delito. Entonces se conoció que el patrimonio de los hermanos Zavaleta sería auditado e investigado por la Sunat, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y el Ministerio Público por financiar las mafias de la extracción de oro. Cuando este Diario llegó hasta la sede de UMT en Puerto Maldonado, encontró un local de puertas blindadas y con la inscripción “Sport Gym”, al costado de la empresa de transporte de valores Hermes.

En marzo, cuando revelamos que Luis Zavaleta, dueño de la máxima exportadora de oro era también director general de Hidrocarburos del Minem, la empresa UMT retiró de su web la información que mencionaba a sus socios. Así, de un día para otro, desaparecieron los nombres de dos bancos y de Hermes (ambos sujetos obligados a informar a la UIF sobre operaciones sospechosas), así como de la aerolínea KLM y de las corporaciones suizas MKS Finance y PAMP.

Lazos ocultos
Pero el caso de Universal Metal Trading, cuya sede en Lima se ubica sobre un restaurante de la cadena Rústica y una notaría en San Borja, no es el único que brilla como el oro en Madre de Dios.

En el centro financiero aurífero de Puerto Maldonado destaca la prosperidad de los acopiadores Arturo Ortiz (de Oro Fino) y Leonardo Callalli (de Los Poderosos), y de los exportadores Miguel Zinanyuca Cruz (E & M Company), Santos Sucari Sucari (AS Perú & CIA) y Percy Sumarriva (Minera Tambopata), que dirigen las otras tres empresas de la zona que exportan oro a Suiza.

Sin embargo, en este emporio comercial muchos se preguntan quiénes son los reales operadores detrás de estas empresas. La historia que más sorprende la protagoniza Miguel Zinanyuca, ex empleado de Arturo Ortiz de Oro Fino. De un momento a otro, la situación económica de este cusqueño de 54 años se transformó luego de crear E & M Company, en el 2009. Al rastrear la dirección de su empresa nos topamos con la fachada del hotel de turistas El Príncipe, de propiedad de Cecilio Baca, el capo de la minería de Huepetuhe. Otro detalle que llama la atención sobre Zinanyuca es que parece ser un personaje muy solicitado en este negocio, ya que en el 2004 recibió un poder legal para representar a la empresa AS Perú & CIA, que el año pasado exportó a Ginebra más de 4 toneladas del preciado metal por más de US$210 millones.

Por si fuera poco, en febrero del 2011 fue intervenido por la policía en las afueras del aeropuerto del Cusco mientras estaba en un vehículo que llevaba un arsenal de armas de fuego. Al ser detenido por no tener licencia para portarlas, dijo que estas eran de propiedad de un empleado de su compañía que había viajado a Lima transportando 12 kilos de oro que debían ser enviados a Suiza. Efectivamente, en el 2011, la empresa de Zinanyuca exportó más de una tonelada de metal por un monto de US$58 millones.

Pero el ex empleado de Oro Fino no es el único con suerte en los negocios. Percy Sumarriva Ortiz –vinculado con una de las mayores casas de transferencia de dinero en Madre de Dios, MG La Red– creó en el 2008 la exportadora Minera Tambopata, que el año pasado envió media tonelada de oro por un monto de US$22 millones. Sumarriva, por si fuera poco, figuraba como ex empleado de la empresa Minerales del Sur, una de las mayores exportadoras del oro que se extrae de Puno.

Queda claro que la pista del dinero en este negocio solo conduce a la esquina de los jirones Ernesto Velarde e Ica en Puerto Maldonado, lejos de las empobrecidas chozas, de los hoteles de triplay, de los restaurantes al paso y de los disco-burdeles que hay en los centros de extracción de La Pampa, Mazuco y Huepetuhe.

 Fiscal pide 8 años de cárcel para Zavaleta y clan Baca
El Ministerio Público pidió 8 años de cárcel para Jorge Marino Zavaleta Vargas, gerente general de Universal Metal Trading (UMT), por el delito de defraudación tributaria en agravio del Estado a raíz de sus negociados en la comercialización del preciado metal con el clan de Cecilio Baca Fernández, Gregoria Casas ‘Goya’ y sus hijos (investigados por lavado de la minería ilegal en Madre de Dios).

También los acusó por recibir “oro de procedencia desconocida” de parte de las acopiadoras Oro Fino, de Arturo Ortiz Ortiz y Leonardo Callalli Warthon, hoy gerente de la empresa Los Poderosos.En la acusación del Ministerio Público, a la que tuvo acceso El Comercio, también se pidió ocho años de cárcel para Ortiz Ortiz y para Callalli Warthon, así como para los esposos Cecilio Baca y Gregoria Casas por el mismo delito.

El caso, que se originó hace más de 10 años por una denuncia de la Sunat, se encuentra estancado en la etapa de juicio oral en la Sala Penal Nacional. (Oscar Castilla)

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